jueves, 30 de octubre de 2014

Don Pascual Zarzalejos de las Heras Tordesillas Molina

Extravagante y fetichista, Zarzalejos como era conocido entre los suyos, se veía obligado a usar la tarjeta de los altos directivos que disponían de ella, para aplacar sus tradicionales calentones y desfogarse como a él le gustaba pues en casa con su mujer la coyunda tradicional le dejaba insatisfecho y Matilde que apreciaba los atributos de su marido necesitaba mas.

- ¿Donde has estado toda la tarde? te he llamado mil veces pero contínuamente salía el buzón de voz, lo interrogó su esposa con evidente enfado nada mas oirlo entrar en casa. 
- ¿Donde voy a estar? Trabajando, me quedé sin batería.
- ¿Y por que Pepita me ha dicho que no estabas en el despacho?

 Don Pascual dudó.

- Tenía un asunto que resolver, ya sabes lo de la comparecencia del jueves que me está volviendo loco contestó al fin sin demasiada convicción.
- Pascual no me mientas le dijo mientras el diplomático con quien se había casado el día de la primavera un lustro atrás, hizo una pausa tras saborear un trago del vino de aquella última comisión pero la mirada fija de su mujer no le dejó disfrutarlo, sabía que debía decir algo y para ello se tomó unos segundos antes de continuar; quiero el divorcio le espetó de pronto a su mujer sin alterar en lo mínimo sus formas ni el tono de voz.

Matilde no pidió explicación, lo sabía todo y desde ese momento quedaba libre de remordimientos, ya podría por fin echarse en brazos de Esteban sin tener que esconderse como hasta ahora.

- Cojo ahora algo de ropa y me marcho -continuó hablando don Pascual desde el pasillo que conducía al dormitorio-, de momento estaré en la casa de la playa pero tú no sabes nada y finge tristeza y sorpresa con todo el que hables, ¡ah! me refiero a la que está a nombre de Luis, me llevo el coche nuevo y a Rodrigo, -Rodrigo era el perro con que el embajador de Dickinson le había obsequiado por el apoyo y comprensión personal mostrado a su causa - le decía a su esposa mientras ambos hacían la maleta con indisimulada alegría. En unos días te llamo para recoger mis cosas. Jordi, el abogado de la Caja se encargará de todo. El chófer ese delgaducho que no se como se llama quédatelo tú.
- Ay cariño siempre tan despistado salvo para tus cosas, no es él sino ella, quizá el corte de pelo y el peinado te confundieran, su nombre es Isabel Granados y es lesbiana. En cuanto a llamarme me parece bien, no tardes en hacerlo pero que sea por la mañana, hasta las tres como muy tarde, después estaré ocupada hasta bien entrada la noche, añadió su ninfómana mujer.
- Hasta siempre Elena.
- Hasta siempre Pascual.
Y sin venir a cuento se dieron el beso mas prolongado y pasional de toda su vida.
Don Pascual cogio su maleta y girándose un momento pregunto: ¿Como sabes que es lesbiana?
- Cierra con cuidado cuando salgas.

6 comentarios:

  1. El engaño entre dos sale siempre en un momento dado.
    Hoy con tanta tecnología te cogen por todas partes, con lo cual no mentir y ser bueno.
    Buena creación de historia, un abrazo.

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  2. Hay preguntas que es mejor no hacer. Por obvias y por la cara que se te queda después, jejeje...

    Gracias por la sonrisa.

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  3. Jajaja, con un poco de música de fondo sería un buen vodevil!!
    Un beso.

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  4. me gusta como ves la vida y tus palabras cuando escribes tu sentir

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  5. ¿Estas bien?
    tu forma de pensar y tu arte me encantan

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Adolfo González del Valle. 2012 - 2015 ©. Puedes contactar conmigo en: fotosderipley@gmail.com