miércoles, 18 de septiembre de 2013

Doña Herminia de las Heras y Páez de Bustamante

Doña Herminia estaba loca, pero loca de atar. De hecho se había pasado media vida en manicomios y la otra alejada de la cocina casi siempre atada a la cama para evitar que se dañara o asesinara al primero que se le cruzara en el camino. Éste resultó ser el lechero con quien sintonizaba bien nadie se explicaba la razón, quizá la ausencia de miedo de éste ayudara o su envergadura de dos metros y 13 centímetros. Ni a saltos podría llegar a algún órgano vital de Eusebio por largo que fuera el cuchillo que siempre ocultaba dispuesta a usarlo a la menor ocasión.

Con él solían dejarla sola apartados en el campo pero siempre con los ojos encima de Candelaria, una de las 4 sirvientas que tenía para ella sola.

Dona Herminia estaba de buen ver aunque flaca tenía la fuerza de un hombre epiléptico, cuando se ponía cabezota hacían falta las cuatro mas el cura que siempre estaba por allí, pidiendo para los pobres, para calmarla. Normalmente de un golpe en la cabeza o en la cara, con la sartén intermedia. Eso era suficiente para dejarla inconsciente el problema era encontrarle la cabeza y atizar con la suficiente fuerza. De eso se encargaba Tomasa.

Luego el traslado al dormitorio donde se comprobaba que no pesaba tan poco y a la cama atada con cinchas de caballo convenientemente adaptadas por el tío Paco, que ni era tío ni se llamaba Paco pero la costumbre hace el resto. Lo que sí hacía bien era herrar a los caballos y domarlos además de ocuparse de su cuidado y cabalgar como si estuviera en el lejano oeste.

Su verdadero nombre era Rosales así que el cambio por Paco le pareció bien y con Paco se quedó.

Doña Herminia y el lechero paseaban por el campo, a ratos se tumbaban bajo algún árbol y hablaban de sus cosas. ¿De que cosas? Nadie lo sabe, pues siempre andaban solos aunque cada vez se les viera mas tiempo y mas juntos.

El lechero le transmitía de algún modo la paz que en su vida siempre dirigida a ser la perfecta mujercita, -le habían arrebatado infancia y juventud y la influencia de don Hernán en casarla con Rubianes el rico del pueblo-, habían ejercido sobre ella.

Al contrario de lo que cabe pensar Eusebio no era un hombre rudo aunque si fuerte además de grande, podía coger a doña Hermínia con un solo brazo si se lo proponía y lo hacían a menudo. Una pequeña distracción como cualquier otra en aquellos enormes terrenos que un día deberían haber sido de doña Herminia pero cuya familia ya se había encargado de inhabilitarla y de repartir entre los hermanos, la enorme finca de los Heras y Páez de Bustamante.

Cuando Herminia despertó llamó a Candelaria para que la desatara inmediatamente.
- ¿Está Eusebio por ahi?
- No lo se Señora
- No lo se, no lo se ¿y que sabes tu pedazo de mula? Si no me desatas ahora mismo juro que te mataré-
- Entiendo Señora ahorita lo mando a buscar ¿si? y luego les dejamos solos.
- Pues ve, inútil, no se para que os pago

Lo de pagar era una frase hecha pues no había dinero alguno mas que techo y comida, toda la que quisieran eso sí y la Candelaria se ocupaba del poco efectivo de doña Herminia y que no pasaba de 10 millones de pesetas.

Candelaria era la jefa de la casa, luego estaban la Tomasa, Vicenta y Maria a quien el cura quería convertir en monja y le soltaba cada sermón que según los escuchaba mas se le quitaba la idea de la cabeza. Lo de ser monja le venía de pequeña cuando un grupo de siervas de Dios hizo parada en la finca para hacer noche y entre que se pone el sol y se va del todo, después de cenar se pusieron a cantar, que en verdad era lo que a María le gustaba.

Su sueño era ser cabaretera y cantar cuplés picantones. Ademas se le daban muy bien los boleros.

5 comentarios:

  1. Aquí ya apunta un romance entre Doña Herminia y el lechero!
    A Candelaria la veo cantado cuplés vestida de monja ¡al tiempo!
    Un abrazo :)

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  2. Casi en cada párrafo hay un personaje que pugna por salir, por adquirir protagonismo y vida propia. Como en Amanece que no es poco, están brotando personas y a poco que las riegues de aquí a un tiempo tendremos una cosecha inmejorable.

    Iré leyendo el resto con tranquilidad. Me gusta este estilo tuyo entre pícaro y fantástico.

    Un abrazo, amigo.

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  3. me gustan mucho tus personajes, son como un zoológico humano

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  4. Leyendo el capítulo me ha parecido percatar que en un párrafo te has dejado atrás una sílaba.

    Éste resultó ser el lechero con quien NO sintonizaba bien nadie se explicaba la razón.

    Te he puesto la sílaba que a mi entender te falta con mayúscula,para que te des cuenta a lo que me refiero.

    Los personajes están muy bien descritos y su lectura es muy amena.

    Besos
    http://ventanadefoto.blogspot.com.es/

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    1. no hay error está lo que quiero decir. "con el lechero sintonizaba bien" era el unico que no la tenia miedo y para don Herminia era la unica persona con quien poder estar digamos "normal" y no enloquecida y deseando asestar puñaladas.

      gracias, me gusta esto. es la mejor manera de aprender.
      un beso

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Adolfo González del Valle. 2012 - 2015 ©. Puedes contactar conmigo en: fotosderipley@gmail.com